Adán y Eva en el Prado
El viernes pasado aprovechamos nuestra visita al Museo del Prado para conocer una de las grandes novedades de esta temporada: la presentación de la restauración de las dos tablas de Durero de Adán y Eva. Se trata de una las grandes joyas del Museo y sin duda una de las obras más importantes del Renacimiento del Norte de Europa; su autor, Durero (1471-1528) constituye la síntesis perfecta entre la tradición alemana y de los Países Bajos y la innovación humanista que estaba llegando desde Italia. Además su obra no se limita a la pintura, sino que fue también uno de los grandes grabadores de la Historia del Arte, desarrollando la xilografía, la punta seca o el aguafuerte.
En este caso las dos tablas representan a Adan y Eva, tentados por la manzana, tema que aprovecha para hacer un estudio del cuerpo humano, de la anatomía y del tratamiento clásico de las proporciones. Fueron realizadas en 1507, después de su segundo viaje a Venecia, a partir de dibujos y grabados realizados en 1500. No se conservan referencias documentales quien fue el comitente de la obra, aunque se cree que fueron destinadas al Ayuntamiento de Nuremberg, al menos era allí donde se encontraban a principios del siglo XVI, cuando fueron regaladas en emperador Rodolfo II que las ubicó en el castillo de Praga. Posteriormente fueron regaladas por Cristina de Suecia a Felipe IV, llegando a Madrid en 1655. Tras su llegada al Alcazar Real se instalaron en las llamadas «bóvedas de Tiziano», junto a otros desnudos de Rubens, Tintoretto, Tiziano… En 1762 Carlos III las incluyó en la lista de obras «indecentes» que debían ser destruidas, tan sólo la intervención del pintor de la corte, Rafael Mengs, justificándolo que debían servir para el estudio de la anatomía de sus alumnos. Ingresaron en (Read more…)