La plaza de la Concepción
Hay una plaza en la ciudad que no huele a nardos ni a azahar. Las madres no dejan que sus hijos corretean cerca y los caballeros de sombrero hongo no quieren cruzar por ella. Allí han ido a parar los despojos de nuestra opulencia. Los que nacieron sin esperanzas y los que la perdieron por Leer más…