Biblioteca CEPA Cáceres 2014-12-03 09:22:00
Encuentro literario con Gonzalo Hidalgo Bayal
«Un hombre se baja en una estación a tomar un café, tras asegurarse de que el tren no partirá hasta que lo indique el interventor. Sin embargo, una simple confusión lo deja en tierra, sin dinero, sin equipaje, sin documentos de identidad, sin nada. A partir de ese momento resulta lógico lo que le acontece. Sin recursos, obligado a buscar comida para calmar el hambre y a encontrar un lugar para dormir, el viajero pide ayuda, en vano, en las dos instancias que pueden ofrecerla, esto es, el ayuntamiento y la iglesia, y vaga por la ciudad mientras espera la llegada de un nuevo tren que lo saque de allí».
(Eugenio Fuentes, «Perder el tren»).
Esta es la historia de Paradoja del interventor, que tanto nos ha fascinado a los componentes de los clubes de lectura de nuestro centro. Un relato que nos deja en el aire miles de preguntas como estas:
«¿Quién es el viajero, cómo se llama? ¿De dónde venía, adónde iba? ¿Qué fin perseguía su viaje, quién marcó su itinerario, por qué subió al tren? ¿Está tan solo que no tiene a nadie que venga a buscarlo?»
Así que, de la misma forma que disfrutamos con su lectura, hemos tenido la oportunidad de disfrutar ahora con las palabras de su autor, con el que nos hemos «encontrado» en el Centro de Educación de Adultos.
Paradoja del interventor es un texto que no deja a nadie indiferente. Su historia parece, en principio, sencilla. Sin embargo, acaba resultando extraordinariamente compleja y el lector se preguntará, página tras página, adónde nos llevará, qué desenlace le espera a este extraordinario personaje. Y todo esto unido a la magnífica prosa que caracteriza a su autor, con sus múltiples referencias literarias que nos pasean por los textos de Calderón, Camus, la Biblia o Kafka, entre otros, y con sus pequeñas historias intercaladas al modo cervantino, con extraordinaria precisión y con personajes logrados que podrían convertirse, a su vez, en protagonistas de su propia historia.
Esta es la reflexión que sobre esta novela nos regala Eugenio Fuentes: