LA BIBLIA LEíDA POR UN CIENTíFICO.
En 1631, los impresores reales de Londres editaron una traducción al inglés de la Biblia, pero se comieron una palabra. En el versículo 14 del capítulo 20 del éxodo, se extravió un “noâ€. El problema es que se trataba del séptimo mandamiento, que quedó: “Cometerás adulterioâ€. De inmediato, las autoridades ordenaron perseguir los 1.000 ejemplares publicados y quemarlos, aunque, casi cuatro siglos después, todavía sobreviven 11 de las llamadas Biblias Adúlteras. Una de ellas se PUEDE contemplar en un museo de la Universidad Bautista de Houston (EE UU).