UNA BACTERIA TRANSGéNICA DIAGNOSTICA CíNCER EN LA ORINA
La bacteria Escherichia coli es un ser vivo sencillo –tiene unos 4.300 genes- y vulgar –abunda en el intestino de aves y mamíferos, y por ello también en sus heces, normalmente, sin provocar mayores problemas-. Pero tras manipular convenientemente su genoma en el laboratorio es capaz de abandonar su papel (colaborar en el proceso digestivo) y asumir funciones complejas reservadas a sofisticados equipos de diagnóstico por imagen (TAC, resonancias magnéticas, tomografía por emisión de positrones) como la identificación de metástasis en el hígado de ratones. Si hay un tumor, el microorganismo lo señala con la coloración de la orina. «Han convertido las bacterias en bactodoctores», resume el especialista en biología sintética de la Universitat de Valí¨ncia (UV) Manuel Porcar.