UNA BACTERIA TRANSGéNICA DIAGNOSTICA CíNCER EN LA ORINA
El probiótico administrado a ratones deja un rastro de color si hay actividad tumoral.
Un sencillo test genético predice la metástasis.
La bacteria Escherichia coli es un ser vivo sencillo abunda en el intestino de aves y mamíferos, y por ello también en sus heces, normalmente, sin provocar mayores problemas. Pero tras manipular convenientemente su genoma en el laboratorio es capaz de abandonar su papel y asumir funciones complejas reservadas a sofisticados equipos de diagnóstico por imagen como la identificación de metástasis en el hígado de ratones. Si hay un tumor, el microorganismo lo señala con la coloración de la orina. Han convertido las bacterias en bactodoctores, resume el especialista en biología sintética de la Universitat de Valí¨ncia Manuel Porcar.
La metástasis en el cáncer de hígado es especialmente difícil de detectar prematuramente mediante técnicas de diagnóstico por imagen y, cuando da la cara, frecuentemente es demasiado tarde para garantizar el éxito del tratamiento. Este órgano suele ser el principal destino hacia donde se diseminan otros tumores, como el colorrectal, de mama o de páncreas. De ahí el interés de los investigadores por diseñar un mecanismo que permita la identificación temprana de las neoplasias hepáticas mediante microorganismos modificados.