A LA CAZA DE VIDA EN ENCéLADO.
A 1.600 millones de km. de la Tierra, la misión Cassini, que desde 2004 estudia el sistema de Saturno y sus satélites, se situó ayer a apenas 49 km. de la superficie de Encélado, una de las lunas más enigmáticas y prometedoras del gigante anillado. Y lo hizo justo sobre su polo sur, con objeto de «sumergirse» en los chorros de vapor de agua que varios enormes géiseres lanzan desde esa zona a gran altura. Fueron precisamente esos géiseres los que, ya en 2005, revelaron la presencia de una gran cantidad agua líquida bajo la capa de hielo que cubre el satélite.