EL SENTIDO DEL GUSTO ESTí EN EL CEREBRO Y NO EN LA LENGUA
El mundo es una ilusión creada por el cerebro, puesto que en ningún momento podemos entrar en contacto con la realidad si no es a través de las interpretaciones que hace el sistema nervioso. Una parte de estas sensaciones parecen ser más fijas y estar programadas en los genes o en la organización del cuerpo (por ejemplo, los sensores que alertan de que la piel se quema se activan siempre al pasar de una cierta temperatura), mientras que otras parecen ser más flexibles y cambiar a medida que el cerebro aprende (por ejemplo, solo con el tiempo se empieza a apreciar el sabor del vino).