Borrimini y el delirio barroco
La historia de la arquitectura barroca en la Roma del siglo XVII es gran media la lucha entre las dos personalidades artísticas más importantes de ese momento, por un lado G. L . Bernini y F. Borromini por otro. Mientras que Bernini es el arquitecto de reconocido éxito, con importantes encargos papales, famoso y cortesano; Francesco Castelli, conocido como il Borromini (1599-1667), representa todo lo contrario, atormentado y marginado por el gran éxito de Bernini tuvo que contentarse con encargos de clientes de segunda fila. Sus métodos y estilo son también completamente distintos, el primero se formó como escultor y concibe los edificios como grandes volumenes, vinculado a la tradición; Borrimini fue un perfeccionista, excéntrico y solitario, que desarrolló una técnica edilicia con una sólida formación teórica, que le llevó a reunir una biblioteca con más de mil libros de diversas referencias.
Mientras que en 1630 Bernini está consagrado ya como primer arquitecto papal, Borromini recibe en 1634 su primer gran encargó, la iglesia y el convento para los trinitarios descalzos de Roma. Su alto dominio de la técnica, su cuidado control de la ejecución, junto con su desbordante fantasía, le permitieron solucionar de manera impecable los problemas que imponía un presupuesto limitado y un solar aun más pequeño. Entre 1635-1637 construye el monasterio y el claustro, la iglesia entre 1638-1641 y finalmente la fachada ya al final de su carrera, en 1667-1668. Logró un conjunto de gran complejidad espacial y con una gran coherencia y funcionalidad, y si lo comparamos con las obran coetáneas de Bernini o Pietro da Cortona, de enorme originalidad, realmente revolucionaria, que podríamos afirmar que realmente inaugura un lenguaje expresivo en la arquitectura.
El minúsculo claustro es un perfecto ejemplo de la libertad en el uso de los órdenes, empleados el léxico tradicional con una gramática (Read more…)