24 de octubre: Día Internacional de las Bibliotecas
Un año, Yeh-Shen desea acudir al festival del pueblo, pero su madrastra no se lo permite. Así, ella se arrodilla delante de las espinas y desea ir al festival. Inmediatamente ella se encuetra dentro de un vestido azúl celeste, un manto de plumas de martín pesacador y zapatos de oro. En el festival cuando la ven, toda la gente se pregunta quién es Yeh-Shen. Ella es tan bonita que parece un ser angelical. Cuando su hermanastra la ve, Yeh-Shen corre hacia casa y pierde uno de sus zapatos en el camino.
Un señor del pueblo encuentra el zapato y se lo vende a un mercader que termina dándoselo al rey y éste se queda tan fascinado por el pequeño tamaño del zapato que busca a su dueña. El zapato se coloca en una caseta cerca de la carretera donde muchísimas mujeres, incluídas la hermanastra y madrastra de Yeh-Shen se lo prueban con la esperanza de que les quepa. Yeh-Shen no va a la caseta hasta entrada la noche y cuando ella coge el zapato, al principio el rey piensa que es un ladrón. Pero se da cuenta de lo bella que es Yeh-Shen y que tiene los pies más pequeños que ha visto nunca. El rey la sigue a casa y le pide que se pruebe los zapatos. En cuanto ella se los prueba, se encuentra otra vez dentro del vestido azúl y la capa de plumas y el rey se enamora de ella y viven felices para siempre.»(fragmento de la leyenda china)