ME GUSTA EL ARTE. YURI GORBACHEV
érase una vez un caballito de colores que vivía en un gran prado. Durante el verano, el caballito, se volvía de un intenso color amarillo, tan, tan amarillo era su pelo, que al sol le daba envidia de su resplandor. Entonces, trotaba y trotaba sin cesar por la pradera, hasta que se tenía que (Read more…)