LO QUE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL LE APORTó A LA MEDICINA
El soldado raso Ernest Cable, llegó a comienzos de 1915 al Grand Hotel de Wimereux, en la costa francesa, reconvertido en hospital. Tenía diarrea sangrante y calambres estomacales. Los médicos le diagnosticaron disentería. Cable murió unas semanas después. Pero su muerte, esta vez sí que no fue en vano. Un médico militar aisló la bacteria que le mató. Muchas generaciones después, aquel cultivo sigue vivo y ha permitido saber mucho más de una enfermedad que aún mata a millones de personas. Es sólo una parte del legado que la I Guerra Mundial dejó a la medicina.