El deseo de Philip. Sofía Álvarez Hoyas 1ºB ESO
El deseo de Philip. Sofía Álvarez Hoyas 1ºB ESO
Sofía Álvarez Hoyas
1ºB- ESO
El DESEO DE PHILIP
Acababa de cumplir 12 años y su madre le había preparado una deliciosa y dulce tarta de cumpleaños, todos estaban muy ilusionados con la fiesta que habían preparado, todos menos Philip. Él siempre estaba triste, no le ilusionaba nada y protestaba por todo.
Era su cumpleaños y más bien parecía que iba a un funeral. Philip no lo pasaba bien, pero no podía remediarlo, siempre pensaba que le gustaría ser como los demás pero algo le empujaba con fuerza para ser como era.
Mientras apagaba las velas pensó en un deseo con toda su fuerza: «QUIERO SER FELIZ», esto era lo único que quería y lo único que intentaba cada día.
Sus padres, hermano y demás familiares y amigos no pararon de bailar, cantar y divertirse, mientras que él estaba apartado en un sillón.
Se quedó dormido y comenzó a soñar que estaba en presencia de un señor muy alto y fuerte con aspecto serio y un tanto misterioso quien le preguntó a Philip: ¿me podrías decir por qué eres tan infeliz teniéndolo todo? No eres un niño agradecido, tienes una familia que te quiere, una casa donde vivir, tienes piernas para caminar y correr, brazos y piernas para abrazar, tocar, escribir, jugar y el señor de aspecto serio continuó continuó y con un largo y extenso repertorio… Y sin embargo, terminó el señor misterioso, no sabes cómo valorar lo más importante de la vida, por lo tanto, vas a quedarte a vivir conmigo, no verás más a tu familia y cada día te voy a ir desprendiendo de todo lo que tienes hasta quedarte sin nada.
Philip, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, pero no reaccionó ante las palabras del señor.
A la mañana siguiente, el señor empezó con su promesa y fue paralizándole todos los miembros de su cuerpo hasta convertirlo en una estatua. Ahora no sentía nada y por más que intentaba moverse o expresar algo no podía.
Todo parecía oscuro, no veía nada, tampoco nada de ruido, tan solo escuchaba una agitada respiración que ambientaba toda la habitación. El miedo era el principal protagonista y de repente apareció una voz conocida y familiar que decía con fuerza y de manera enérgica: «Philip, si no te levantas vas a llegar tarde al colegio, es la última vez que te llamo».
Philip no deba crédito a lo que acababa de escuchar y lentamente fue abriendo sus enormes y azules ojos hasta que poco a poco empezó a sentir una inmensa alegría al comprobar que estaba en casa, su casa, su maravillosa casa.
Se levantó y empezó a girar sobre sí mismo, se vistió en un santiamén y bajó las escaleras de dos en dos hasta llegar a la cocina donde estaba toda su familia, los empezó a besar a todos mientras decía una y otra vez» ¡Estoy en casa, estoy en casa, os quiero! Todos pensaron que esa mañana Philip estaba muy pero que muy raro, pero por fin y después de mucho tiempo parecía ¡FELIZ!
Consejería de Educación y Empleo
Junta de Extremadura