Mi primer poemario
Mi primer poemario
Los abuelos
Mis queridos abuelos, Aún os echo tanto de menos.
Para mi vuestra muerte, Fue un golpe muy, muy fuerte.
De ti tengo un recuerdo: Nuestro último acuerdo
Ángeles que me cuidan, Los que nunca se olvidan.
Hay tanto dolor en mí, Que yo os necesito aquí.
Abuelos, lo que os quiero Es más grande que el cielo.
Porque lo fuisteis todo. Y que no es de otro modo.
Es tanto lo que os quiero Que por vosotros muero.
Si bajarais del cielo seríais mi pañuelo.
Y es que sois por quién vivo, Aunque me desmotivo
Recuerdo vuestra risa, también vuestra sonrisa.
De vosotros aprendí, mi corazón os abrí. |
Los amigos
Amiga, tú que eres mi pañuelo, la que cuando yo me derrumbaba, siempre me recogía de ese suelo.
Tú, la que siempre me sacas sonrisas, sonrisas siempre de oreja a oreja, esas sonrisas que acaban en risas.
Tú, la que eres el ángel de mi vida, que eres y será mi mejor amiga, esa persona que siempre me cuida.
Eres lo que más quiero en esta vida, de las mejores personas que tengo, la que está en mis idas y venidas.
Gracias por ser esa mejor amiga, por estar siempre que te necesito, la que sin dudar me abraza y me abriga.
La persona en la que siempre confío, y es que más que amigas, somos hermanas, la que me abriga cuando tengo frío.
Mi única compañera de batallas, eres tan importante para mí, y de esas que a mi nunca me fallas.
Sinceramente, ¿qué haría sin ti?, sin ti, sin mi hermana, sin mi amiga, amiga mía, ¿qué haría sin ti? |
La infancia
Quién quisiera volver el tiempo atrás, Recuerdo cuando iba a guardería, Y siempre merendábamos sandía, Si volviera, no me iría jamás.
Triste estábamos, aunque riéramos, A veces recordamos esos días, Casi siempre reinan las alegrías Pensamos: ¡qué pequeños éramos¡
Nosotros, pequeños como lentejas, Nosotros reíamos por segundo Y divertíamos a todo el mundo, No peleamos ni con una abeja.
Y qué buenos recuerdos que aún tengo, Han sido tantos años de alegría, Cuando cogía una botella fría: Cuando decíamos: Yo te sostengo.
Y era tanto lo que me divertía.. Ojalá yo volviera a ser pequeña, Como el día que me trajo la cigüeña, Así más tarde yo me moriría. |
Normal
Normal La anécdota
La tarde de verano, esa tarde que no podré olvidar, mientras pasa un anciano y le veo a él llegar, y arranqué mi uña del dedo al cerrar.
Quise abrir a mi hermano, yo fui con una sonrisa en la cara, y me pillé la mano, para que descansara, la escondí para que no me pillara.
Se lo conté a mi madre, ella me llevó al hospital corriendo, me lleva con mi padre, y rápido fue yendo, aunque el pobre estaba durmiendo.
Ellos muy preocupados, muy rápido al hospital me llevaron, mis padres abrazados, ellos se preocuparon mientras que coser a mí lograron.
Horas después llegué, aún seguía doliéndome aquel dedo y mi herida exploré ya se me pasó el miedo después de descoserme ya accedo |
Normal
Normal Los padres Mi mayor ejemplo a seguir: mis padres, estaban ahí desde el primer día, y más estaban cuando amanecía, siempre cuidándome como una madre.
Siempre cuidando de mí y mi hermano, siempre estabais cuando os necesitaba, estabais ahí cuando bailaba, cuidándonos aunque estábamos sanos.
Vosotros me dais una vida mejor, gracias por aparecer en ella, que sois mi mejor aconsejador.
Gracias pro cuidarme día a día, por ser lo más importante para mí y arroparme cuando yo me dormía. |
Normal |
Fuente: Mi primer poemario